El activista cannbico condenado a cinco aos que pide el indulto

El caso de Albert Ti, que puede entrar en prisin en cualquier momento, reabre el debate sobre la legalidad y el funcionamiento de los clubes de fumadores de cannabis. Su abogado ha recurrido al Constitucional

El activista cann

El activista cannbico Albert Ti.
EL MUNDO

Ante la falta de una normativa especfica sobre los clubes de consumo de cannabis, los tribunales han sido los que en los ltimos aos han centralizado, no sin polmica, el debate sobre su legitimidad y funcionamiento. Son legales o no lo son? pueden sus socios cultivar plantas para el autoconsumo sin ser considerado traficantes? dnde est la lnea que separa el abastecimiento del trfico de drogas?

En esta ecuacin -para l limbo- est atrapado Albert Ti, uno de los activistas cannbicos de referencia del pas, desde que hace seis aos se interviniera un cultivo de marihuana de la asociacin de usuarios de Barcelona de la que era secretario y que contaba con 1.000 socios. Ti debe cumplir cinco aos de crcel segn la sentencia de la Audiencia de la ciudad condal que, despus, confirm el Tribunal Supremo.

l busca el indulto y lo hace in extremis porque ya est fuera de plazo. Desde el pasado jueves, puede ser requerido en cualquier momento para entrar en prisin. No soy un narcotraficante, soy un activista, sentencia. El Ministerio de Justicia todava no se ha pronunciado.

Ti, que tambin es presidente de la Federaci d’Associacions Cannbiques Autoregulades de Catalunya y es licenciado en Ciencias Polticas y Sociologa, fue condenado por un delito contra la salud pblica y otro de asociacin ilcita por los 34 kilos de marihuana que hallaron en una nave de L’ Hospitalet de Llobregat para abastecer a la asociacin. Junto a l, se sentaron en el banquillo otros socios del colectivo.

Su abogado, tras la condena del Tribunal Supremo, Hctor Brotons del despacho Brotsanbert (junto a Andres Berriol y Sonia Olivella) rechaza el fondo de este fallo al considerar que el proyecto de autoorganizacin de consumo de cannabis que representaba su cliente queda muy alejado de los delitos que se le imputaron y que pueden llevarle a la crcel. Adems -precisa- los plantas no estaban bien pesadas ya que se incluyeron las hojas que, como todo el mundo sabe, no se fuman.

Ante el avance de la regulacin del cannabis en otros pases de nuestro entorno, no podemos tolerar estas situaciones, que llevan a las personas usuarias y activistas por la regulacin, a la crcel, ms an cuando en el Estado espaol parece estar cerca la llegada la regulacin integral de los usos del cannabis, argumenta.

El letrado ha presentado un recurso, que est pendiente de admisin a trmite, ante el Tribunal Constitucional al considerar que se han vulnerado los derechos fundamentales de Ti. En primer lugar se vulnera el derecho al libre desarrollo de la personalidad y, en segundo lugar, el derecho a la igualdad en la medida en que se trata de diferente manera a los consumidores de cannabis que, por ejemplo, a los de alcohol o tabaco, expone.

A su juicio, la sentencia condenatoria tambin ataca al derecho de asociacin y el de salud, entendiendo que estos colectivos son la va para dispensar cannabis de una manera segura.

Las asociaciones cannbicas son un lugar seguro para que, entre otras cosas, los enfermos que no tienen acceso al cannabis puedan hacerlo de forma informada y sin riesgos para su salud. De hecho, en la asociacin de Barcelona de la que formaba parte Ti haba un mdico. Lo que Ti y sus socios perseguan con el club que idearon en 2011 era un punto para alejar el consumo del mercado negro.

Brotons llama la atencin tambin sobre, insiste, la desproporcionalidad de la sentencia. Condenan a ms pena a las personas que dan la cara y que tienen todo en orden, hay que recordar que Ti tena las correspondientes licencias del Ayuntamiento de Barcelona, que a los propios traficantes.

Ti fue uno de los impulsores de la iniciativa popular que alumbr a la ley de clubes de cannabis que aprob el Parlamento de Catalua en 2017, aunque posteriormente fuera declarada inconstitucional por invasin de competencias estatales. « Hay que recordar que son nueve las comunidades autnomas que han aprobado leyes o proposiciones no de ley que abogan por la regulacin del cannabis teraputicos y la mayora de ellas tambin en relacin con su consumo sin ms », apunta Brotons.

A sus 53 aos, lo que ms le preocupa de su posible entrada en la crcel son sus hijos de 16, 5 y 4 y la manera en la que tendr que explicrselo. La amenaza inminente de prdida de libertad ha provocado una rotunda ola de apoyo por parte del movimiento cannbico en Espaa, quien se ha organizado para la recogida de firmas. El abogado de Ti vuelve sobre la sentencia y reitera: supone un claro retroceso legal para un modelo asociativo que sigue siendo perseguido penalmente, a pesar de haber sido modelo de regulacin en otros pases.

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