Matanza de jesuitas: « En el juicio en El Salvador, los abogados de los militares cuchicheaban con el jurado »

Letrados espaoles relatan las irregularidades del juicio que en 1991 absolvi a los presuntos autores intelectuales de la masacre contra Ellacura

Captura de televisi

Captura de televisin del ex coronel y ex viceministro de Defensa salvadoreo Inocente Montano, en la Audiencia Nacional.
EFE

Han pasado 29 aos, pero Enrique Arnaldo Alcubilla se acuerda muy bien de lo que vio: « El jurado estaba metido como en una caja, donde ni sus miembros vean a la sala ni la sala los vea a ellos. Haba un ruido constante de sirenas de Polica, manifestantes contrarios a los observadores internacionales y helicpteros volando tan bajo que ni se oa lo que se deca en la sala. Y a veces los abogados de la defensa se acercaban mucho al jurado y no se oa lo que decan. Se acercaban tanto que cuchicheaban con el jurado. Hasta el punto de que el juez les llam la atencin ».

Lo ha contado este jueves Arnaldo Acubilla, actual catedrtico de Derecho Constitucional de la Universidad Rey Juan Carlos, que junto al tambin letrado del Congreso de los Diputados Jos Luis Ruiz Navarro ha declarado como testigo en el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional contra Inocente Orlando Montano, el nico de los presuntos autores intelectuales de la matanza de los jesuitas espaoles en 1989 que ha podido ser procesado fuera de su pas.

Alcubilla era letrado del Congreso en septiembre de 1991, cuando una delegacin del Parlamento espaol acudi aEl Salvador como observadora internacional en el juicio contra los militares que participaron en la masacre. Aquel proceso termin absolviendo a siete altos mandos salvadoreos, entre ellos Montano, y condenando a dos « transmisores » de las rdenes que fueron indultados dos aos despus: el coronel Guillermo Benavides y el teniente Ren Mendoza (ste ltimo exonerado de culpa el pasado lunes en la Audiencia Nacional, donde testificar como testigo en julio).

El juicio fue considerado una farsa y un amao por instituciones como la Comisin de la Verdad de Naciones Unidas, la Compaa de Jess, el Departamento de Estado de EEUU y las organizaciones defensoras de los derechos humanos que durante tres dcadas han participado en la investigacin.

« Las pruebas no se contrastaron »

Hoy, 29 aos despus, un representante legal del Congreso de los Diputados que lo vivi in situ sigue cuestionando con contundencia las garantas procesales de aquella vista oral. O no tan oral… « No hubo interrogatorio a ningn acusado. No hubo testimonios ni de la defensa, ni de la acusacin. Ningn perito en balstica compareci. Las pruebas no se contrastaron.Todo se limit a la lectura de informes y actas ».

Alcubilla era el letrado que acompa a cuatro diputados del PSOE, AP, CiU e Izquierda Unida y redact un informe que contaba lo que todos vivieron all. La delegacin espaola viaj en septiembre de 1991 a El Salvador y se entrevist con el presidente de la Corte Suprema, con el juez del caso y con representantes de partidos polticos. « Para algunos ramos menos simpticos que para otros ».

El grupo espaol tambin visit las instalaciones de la Universidad Centroamericana (UCA), donde el rector, Ignacio Ellacura, otros cuatro jesuitas espaoles, uno salvadoreo, una cocinera y la hija de sta haban sido asesinados por un batalln militar dos aos antes. Y, finalmente, la delegacin espaola acudi al juicio.

En la sesin de este jueves, Alcubilla ha descrito con mucho detalle las condiciones en que se celebr aquel proceso y lo ha tildado de « politizado ». « El propio juez (Ricardo)Zamora deca que no estaba cmodo con el proceso. Se plantearon dudas hasta de la composicin del jurado. Tanto el fiscal como las acusaciones y algunos partidos polticos decan que toda la investigacin haba sido parcial. La frase ms repetida era: ‘Aqu no estn todos los responsables, faltan algunos de los que participaron en la orden' ».

« Presin exterior »

Presuntamente, uno de ellos s estaba aquel da all y ha estado este jueves aqu. Desde su silla de ruedas, el ex viceministro y ex coronel Inocente Orlando Montano ha sido colocado a apenas dos metros a la espalda de Alcubilla. Y sin expresar gesto alguno ha odo cmo el catedrtico de Derecho Constitucional espaol ha confirmado que las Fuerzas Armadas eran dueas del proceso penal que lo absolvi.

« Las declaraciones aportadas haban venido a travs de las Fuerzas Armadas. La defensa era muy nacionalista y peda que no se atendiera a las presiones internacionales. Sostena que la conciencia deba llevar a la absolucin porque los militares actuaban para mantener la seguridad del pas ».

Montano tambin ha escuchado la narracin del duro ambiente que rode el juicio que lo absolvi. « Haba manifestaciones diarias contra los observadores internacionales, sobrevuelo de helicpteros, sirenas de Polica y expresiones poco benvolas hacia nosotros en los peridicos. bamos protegidos por la Polica salvadorea, no el Ejercito. Sentimos que no ramos bienvenidos. No fue un viaje cmodo. Toda esa presin exterior se oa en el juicio. Y no era gratuita. El derecho dice que hay que proteger la autonoma de decisin del jurado, pero all haba ese ruido constante, familiares de los acusados en la sala y una sensacin de que los culpables ramos nosotros ».

Y despus de todo eso, la sentencia. Enrique Arnaldo Alcubilla: « El juicio dur dos das y medio. La ltima tarde nos fuimos a descansar a la Embajada espaola pensando en que el veredicto tardara 24 o 48 horas, pero enseguida nos llamaron para que volvisemos a la sala. Era de noche. En cuatro horas ya tenan veredicto: dos culpables y todos los dems absueltos por obediencia debida ».

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