Presidenta de las residencias de ancianos: « Se hizo un cribaje de la poblacin: para ste hay cama, para ste no »

Residencias de ancianos sin mdicos y enfermeros, sin material de proteccin, sin test, sin respiradores, sin posibilidades de derivacin de pacientes a hospitales. Residencias de ancianos que reciban de las administraciones « instrucciones cambiantes ».

Residencias de ancianos con « el triple de bajas laborales » que el personal sanitario.

Residencias de ancianos que a principios de junio siguen « sin diagnstico de todos los residentes y trabajadores ».

Residencias de ancianos a las que las comunidades autnomas enviaron Equipos de Proteccin Individual (EPI) de forma « espordica, insuficiente y desordenada ».

Residencias de ancianos que tenan cadveres porque las funerarias no iban a recogerlos.

Residencias de ancianos que no obtenan respuesta de algunos ministerios o un simple acuse de recibo de otros.

Todas las comillas y algunas ms estn en un informe del Crculo Empresarial de Atencin a Personas (CEAP) fechado el 5 de junio y en las palabras de su presidenta, Cinta Pascual, en una entrevista que ha concedido este sbado a EL MUNDO.

La presidenta de la patronal de las residencias privadas asombr el viernes a los diputados y las diputadas de la Comisin para la Reconstruccin del Congreso con un relato de parte del informe que denuncia la situacin vivida en las semanas ms duras de la pandemia del coronavirus. Pero el tiempo que tuvo como compareciente no le permiti desgranar la totalidad de las 45 pginas del documento, que ilustran, dato a dato, algo que s lleg a expresar en sede parlamentaria. « Ha sido un horror ».

– El informe es demoledor. Dibuja una sensacin de impotencia ante un tsunami de muertes, falta de material, instrucciones contradictorias y silencios administrativos. Una especie de clamor en el desierto.

– En muchas residencias faltaba personal porque se lo llevaba el sistema sanitario, que pagaba ms, o porque se le daba de baja hasta por telfono sin hacerle la prueba. No haba oxgeno, ni test, ni material de proteccin. No se contrat a mdicos extranjeros que tenan titulacin pero no residencia legal. Nos enfrentamos a dilemas ticos al administrar morfina a algunos ancianos pensando si en otras circunstancias podra haberse hecho otra cosa. Solicitbamos reuniones y material y no nos contestaban o nos decan que nos entendan pero nada ms. Pedimos reuniones con Pedro Snchez, Pablo Iglesias y Salvador Illa. Llamamos a Moncloa, Vicepresidencia, Sanidad, Defensa y Migraciones. Lo que hicimos fue pedir auxilio. La pandemia est pasando, pero no se ha acabado. Pero lo que s puedo decir es que hubo 25 o 26 das de infierno.

– Cunteme uno.

– Empezamos a encontrarnos con residentes que haban fallecido y que seguan en las residencias. Un da llam al director de una de las mejores funerarias con las que trabajamos y le pregunt por qu no venan a recoger a los difuntos. Y me contest: ‘Porque no tengo equipos de proteccin para mandar a mi gente a recoger cadveres. No puedo enviarles sin medida alguna de proteccin’. Ni venan los mdicos a certificar la defuncin, ni las funerarias a recoger los difuntos. Todo estaba desbordado.

CEAPS rene a ms de 1.800 residencias, un entramado con 90.000 trabajadores y alrededor de 200.000 de las 380.000 plazas que hay en toda Espaa. O sea, ms de la mitad de los ancianos que viven fuera de sus hogares est en las residencias representadas por Cinta Pascual, el 67% de las cuales gestionan pequeas y medianas empresas.

Siete de cada 10 muertos por coronavirus han sido ancianos, gran parte de los cuales viva en residencias. El Informe analtico de gestin en centros residenciales en Espaa durante el Covid-19 denuncia el « abandono de las administraciones » a este mundo residencial y colectivo sobre el que se ceb la pandemia.

Por ejemplo, a la hora de derivar al hospital a residentes enfermos. « Aunque no se puede demostrar que haya existido una exclusin sistemtica de la atencin en Urgencias, s se aprecia como una conducta reiterada y consistente durante los meses de marzo y abril ».

La presidenta de CEAP, Cinta Pascual, el viernes, en el Congreso.
La presidenta de CEAP, Cinta Pascual, el viernes, en el Congreso.EFE

As, el documento cita rdenes de Castilla y Len para atender a residentes « sin necesidad de derivarlos » dotando para ello a las residencias de « personal, oxigenoterapia, tratamiento antibitico venoso ». Tambin refiere los « criterios de exclusin » de derivacin hospitalaria que estableci inicialmente la Comunidad de Madrid: « Pacientes subsidiarios de cuidados paliativos, pacientes con criterios de terminalidad oncolgica, pacientes de terminalidad neurodegenerativa y pacientes con deterioro funcional grave ms deterioro cognitivo moderado ».

Y sugiere que los protocolos de derivacin de la Comunidad Valenciana « podran dejar fuera a muchas de las personas residentes por sus perfiles, como nivel de demencia, enfermedades previas o esperanza de vida menor a un ao.

« No hay datos que demuestren que la derivacin hospitalaria de todos los residentes que lo hubieran necesitado y a la que tenan derecho hubiera rebajado el nmero de fallecimientos. S los hay de que, en las circunstancias en que se produjeron y con los sntomas que presentaban, en una circunstancia normal una alta proporcin de residentes que han fallecido en residencias hubiera sido trasladada a servicios de urgencias hospitalarias ».

– Hasta dnde influy el colapso del sistema sanitario?

– Fue determinante. La gran pregunta que nos hacemos es: Se hubieran podido salvar vidas de los que no se trasladaron a hospitales? En ciudades donde el sistema estaba colapsado no los trasladaban. Y eso nosotros no lo podamos hacer. Era una decisin poltica. Yo estoy segura de que nadie quiso no ayudar, ningn poltico quiso que nadie muriera. Pero no puedes dejar a los enfermos en las residencias si no vas a traer personal, equipos de proteccin, goteros, mascarillas, test… ticamente llegas a una conclusin.

– Y cul es esa conclusin?

– Que se produjo un cribaje de la poblacin. El sistema estaba colapsado, no haba camas para todos y se decidi para quin s y para quin no.

– Es una afirmacin muy fuerte…

– No ocurri todos los das, ni en toda Espaa, porque no toda Espaa estuvo colapsada. Pero pas. Fue un horror.

El informe de CEAP cuenta que el Estado « prioriz » la entrega de material de proteccin (EPI, mascarillas, guantes, batas, geles desinfectantes, pantallas) a los hospitales, pero que « no cumpli el protocolo de suministrar esos equipos a las residencias » porque los propios hospitales « no tenan suficientes para ellos mismos ».

« Desigual » reparto de test

Recuerda que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid oblig a la comunidad a entregar EPI a personal de las residencias en una sentencia del 13 de abril. Y que la Comunidad Valenciana o Andaluca conocan la carencia de material y desabastecimiento desde la primera y segunda semanas de marzo.

Tambin asegura que la entrega de test para la deteccin de contagiados fue « desigual », que se desatendieron peticiones urgentes de remesas de pruebas diagnsticas y que a da de hoy hay comunidades como Castilla-La Mancha, Aragn, Castilla y Len o Madrid donde no se han hecho testeos generalizados a residentes y trabajadores. Y que en ninguna residencia espaola se han hecho « testeos peridicos » a todos los empleados y usuarios.

– Qu hicieron ustedes sin material de proteccin y sin test?

– El 19 de marzo pedimos urgentemente el suministro de equipos advirtiendo de que el sistema se colapsara esa misma semana. No tuvimos respuesta. Al da siguiente hicimos una peticin masiva de mascarillas confiscadas por el Ministerio de Sanidad. El 3 de abril pedimos urgentemente test. Y el 6 de mayo hicimos una peticin urgente de suministros. Hablbamos con las comunidades autnomas y nos decan que eso dependa del ministerio. Y hablbamos con los ministerios y no nos decan nada o que nos entendan. Ante la falta de respuestas intentamos comprar en el mercado.

– Qu pas?

– A principios de abril tuve una reunin muy dura con nuestros gerentes de distintas comunidades. Les dije que la situacin era como una guerra en la que no tenamos armas, ni estbamos protegidos, y que haba que buscar proveedores y hacer una compra masiva de material. Localizamos a un proveedor espaol que trabajaba con China y llenamos un avin con mascarillas, guantes, batas, test… El 1 de abril, el proveedor nos llam diciendo que el avin estaba en el aeropuerto de El Prat y que tena el OK del Gobierno. Pero pasaron los das con aquello paralizado y el 9 de abril el mando nico decidi enviar todo ese material a otras partes.

El informe del Grupo de trabajo de Sanidad y Salud Pblica de CEAPS incide en la falta de personal que sufrieron las residencias debido a dos razones: se lo llevaba el sistema sanitario o sufra muchas bajas laborales.

– Ustedes no hicieron nada para suplirlo?

– No paramos de advertirlo y de plantear soluciones. El sistema sanitario de las comunidades autnomas pagaba ms. Adems, a veces, a nuestro personal se le daba la baja por telfono. El trabajador llamaba al centro de salud diciendo que estaba en contacto con personas que podan tener Covid y le decan que no se moviera de casa en 15 das. Sin siquiera haberle hecho una prueba. Se produjo el triple de bajas que entre el personal sanitario. El 15 de abril logr hablar por telfono con la secretaria de Estado de Migraciones para pedirle que, al igual que se haba hecho con los esquiladores, se permitiera entrar a sanitarios de Amrica Latina que tenan titulacin pero no permiso de residencia. Le pareci razonable y me dijo que hablara con una persona del rea especfica. Habl con l, tambin le pareci adecuado y me pidi que se lo enviara por escrito en un correo. Redact un email y an no tengo respuesta.

– Si tuviera que elegir un momento de alivio y un momento de dolor, cules seran?

– El mejor fue conseguir la derivacin de un residente tras siete horas de negociacin con un hospital. Al final, a la 1.30 horas de la madrugada lo ingresaron. Un mes despus volvi a la residencia completamente curado. No hay palabras para esa alegra. Lo peor… Ver a un mdico, en una visita rapidsima, no como las habituales, entrar habitacin tras habitacin y decir: ‘Morfina, morfina, morfina’.

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